
Todas hemos escuchado, o incluso dicho la frase “Siento que se rompe mi corazón” Pero bien sabemos que de manera orgánica, nuestro corazón solo tiene la función de bombear sangre a nuestro cuerpo. Pareciera que no tiene lógica escuchar esta frase, pero si alguna vez has pasado por el doloroso proceso de una separación amorosa, no me dejarás mentir si digo que, literalmente, podemos sentir un dolor en el corazón. ¿Por qué sucede esto?
Nuestro cuerpo siempre está conectado y relacionado con lo que sucede en nuestro cerebro. Psíquica y anímicamente, nos vemos afectados por los que llegamos a sentir. Nuestro cuerpo puede afectar nuestra mente, pero nuestra mente también puede afectar nuestro cuerpo.
Un ejemplo muy claro es al momento de hacer ejercicio, nuestro cerebro segrega sustancias como dopamina, que nos ayudan a sentirnos mucho más alegre y activos. Por otro lado, si alguien que queremos es grosero o rudo con nosotras, nuestro cerebro enviará señales para sentirnos cansados, e incluso doloridos.
Cuando nos enamoramos, nuestro cerebro segrega muchas sustancias similares a las que se liberan al hacer ejercicio o comer chocolate, haciéndonos sentir felices, activas, enamoradas y completas. Cuando se termina una relación, el cerebro manda la señal de dejar de producir este tipo de sustancias, creando una descompensación en nuestro organismo. Lo que sigue es similar a lo que sufre un adicto en rehabilitación.
Al carecer de esas sustancias que el cerebro segregaba para hacernos sentir bien, llega una caída en la energía y la felicidad, muchas veces trayendo consigo una serie de dolores musculares. Puede que sientas que te duelen los brazos, las piernas, la cabeza, e incluso el pecho, similar a un dolor en el corazón.
Así que si sientes esto, no te desanimes, es una reacción natural de tu cuerpo. La buena noticia es que este malestar es temporal, y pronto te sentirás mucho mejor. Recuerda que ninguna relación que te haga sufrir vale la pena. Se fuerte, confía en ti y verás que vendrán cosas mejores.