Los seres humanos hemos sido configurados para que toda separación, aunque intentemos ser lo más duros posibles, nos duela. Y es algo que experimentamos aun cuando somos pequeños. Como, por ejemplo, cuando nuestros padres quieren cambiarnos de colegio. Que, si no lo sobrellevamos, puede hacernos caer en depresión.
De la misma manera que nadie nos enseña a amar, nadie nos dice cómo deberíamos sobrellevar una separación. Y, aunque en ese momento estemos rodeados de más personas, la única que nos interesa tener cerca es aquella a la que, de alguna manera, hemos perdido. Como si no existiesen otras.
Lo principal para sobrellevar una separación es aceptarlo. Mientras más estemos en negación, menos estaremos avanzando hacia una posible superación. Por más duro que sea cuando algo se acaba, tenemos que soltarlo si queremos seguir adelante abiertas a lo que la vida pueda, o no, tener para nosotras. Sea una reconciliación, o una nueva relación.
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Lo peor que podemos hacer cuando estamos atravesando una separación es aislarnos. Es posible no querer ver a nadie el primer par de días, o tener que hablar con otros porque no queremos dar explicaciones de lo que ha pasado. Pero no podemos permitirnos a nosotros desaparecer de las vidas de quienes les interesamos.
Aunque a veces no queramos hablarlo, tenemos que entender que una buena forma de liberarnos de la carga es expresar nuestros sentimientos. En momentos como estos siempre será bueno tener cerca a aquellos seres que nos pueden brindar apoyo en la separación.
Y no quiero hablar por todas, porque entiendo que algunas separaciones son más duras que otras, como es el caso de un divorcio. Pero, aun así, no podemos dejar que este tipo de circunstancias nos quiten más de la pérdida que ya ha significado para nosotros como individuales.
Si usamos este tipo de separación, como cualquier otra, para aprender entonces podremos gestionar bien nuestro propio proceso de duelo, y salir reforzados de una situación que nunca pensamos superar en un inicio. Siempre se debe mantener la lucha por el desarrollo personal. Se esté con alguien, o se deba iniciar de nuevo solo.
Lo que más me ha ayudado a sobrellevar mis separaciones es hacer las cosas que me gustan, por más simples que estas sean. Algunas veces, pasamos tanto tiempo sin hacerlas que es como reencontrarnos con nosotros mismas de nuevo. Como si se tratase de volver a presenciar nuestra versión soltera.
Y también se ha comprobado científicamente que el hacer deporte, por ejemplo, puede ayudarnos a luchar contra la depresión que nos deja una separación. Por lo que, siempre es una buena idea empezar a entrenar, si ya no lo haces. Seguro te da más de un beneficio.
Uno de los aspectos que me encantaría resaltar ahora mismo es que, con el tema del deporte, tenemos que hacerlo por nosotras mismas. De experiencias personales me ha quedado que no sirve de nada si comenzamos a cambiar porque estamos obsesionados en encontrar una nueva pareja. ¡Sobre todo si no estamos listas!
La idea de sobrellevar una separación es ser capaces de recuperar el equilibrio emocional para que las próximas decisiones que tomemos sean acertadas. Cuando tenemos un vacío emocional es muy sencillo creer que cualquier otra persona será capaz de llenarlo. Y esto no siempre es así. Por no decir “nunca”.
En aquellos casos donde sobrellevar una ruptura te esté costando mucho no dudes en hablar con un psicólogo. Cuando los consejos de los amigos no nos salvan de ahogarnos, la ayuda de un profesional puede ser lo que necesitemos para ayudarnos a salir de esa oscuridad que atravesamos.
Portada: Anthony Tran