
Voy a ser sutil, muy sutil. No te voy a levantar la mano, no porque me falten ganas, sino porque todos sabemos que eso está mal. Estoy seguro de que ese es tu límite y vos no me lo permitirías. En cambio, voy a ir golpeando tu autoestima poco a poco.
La primera piña va a ser tu forma de vestir. Esa pollera es muy corta, te queda mejor el pantalón. No, el ajustado no porque tenes el trasero caído, ¿Remera corta? Mmm… se te va a ver la panza. No te enojes, si a mi me gustan tus rollitos mi amor. ¿Hace falta maquillarte? Si a mi me gustas al natural, sos más linda a cara lavada. Caminando juntos, voy a mirara a otras. Sin disimulo. ¡Que buen trasero tiene esa rubia! Vos vas a asentir porque queres hacerte la copada que no le importa, pero te va a doler. Te va a doler muchísimo.
También te puede interesar: Cómo ser un buen novio
No te voy a demostrar que me importas ni que te necesito. Vas a tener la sensación de que en cualquier momento te dejo. Así vas a complacerme, vas a cambiar, amoldarte más a mí para que no te deje. Te vas a esforzar, pero te voy a hacer creer que nunca sos suficiente para mi, que siempre tengo un pie fuera de la relación. Por supuesto, nuestra relación es abierta, pero vos nunca lo sabrás.
En público voy a disimular un poco. Lo justo. Voy a hacer un comentario chistoso acerca de tu aspecto o de tu personalidad para ridiculizarte. Todos nos vamos a reír de vos y, a pesar de tu incomodidad, vos te vas a reír también, para disimular. De esa forma te demuestro mi poder: Yo soy el centro y vos, un accesorio.
En la profesión, el talentoso voy a ser yo. Te voy a ir dejando sin tiempo libre fuera de mi control. No vayas al gimnasio, se es al pedo, mi amor. Mmm ¿Un hobbie nuevo? Mejor, quédate acá conmigo. Voy a controlar tus horarios, tus actividades, a quienes ves. Voy a ir alejándote poco a poco de tu círculo de gente. Un comentario negativo a una de tus amigas, una conversación incómoda con el marido de otra. Voy a hacer que te pelees con tu familia, que no les perdones algún error a tus padres. Te voy a poner entre la espada y la pared para hacerte elegir entre ellos o yo. Y claro que me vas a elegir a mí, mi amor.
Si me haces una caricia, o cualquier otro gesto como peinarme un mechón de pelo, te voy a rechazar casi con asco. El cariño solo va a estar permitido para cuando tengamos sexo. Esa va a ser mi mejor arma. Si me venís a buscar provocativa, te voy a decir que no, que no me calentás lo suficiente. Ponete tal cosa o hacete tal otra que me encanta. Así sí, mi amor. No me va a importar lo que te guste o quieras vos. El sexo siempre va a empezar y, sobre todo, terminar cuándo y cómo yo quiera.
De vez en cuando voy a tener un gesto romántico extraordinario. Algo que te guste, que te sorprenda, así vas a ver que no todo es tan malo en nuestra relación. Con el tiempo te vas a ir convenciendo de que en el amor no todo puede ser perfecto. Así vas a ser mía para siempre.
Créditos: Giselle Mazzeo – Instagram – Twitter
Portada: Jerzy Gorecki