
¿Tú de qué te enamoras?, ese sentimiento que llamamos “amor” es tan complejo que nunca llega a ser lo mismo para ninguno de nosotros. Es decir, en general lo es, pero lo que lo genera es aquello que llega a variar desde las cosas más simples, hasta las más intrincadas.
Me gusta creer que todos nos enamoramos de la misma manera. Pero, hasta ese proceso, es diferente. Distinto en nosotros, y en la persona que nos gusta. No hay un solo camino para llegar al amor, y muchas veces tenemos que intentar con más de uno.
Existen personas que caen enamoradas con cosas tan básicas como el físico. Pero, en lo personal, prefiero llamarle atracción. Para mí eso es sentirse atraído por lo que nuestros ojos pueden ver. Lamentablemente, no es suficiente para alimentar un sentimiento que se basa en lo que nuestro corazón pueda percibir.
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Y existimos otras que nos enamoramos de los detalles pequeños. Aquellos que muchas veces no son realizados con una segunda intención, pero es eso tan puro que nos hace caer por ellos. ¿Tú has caído alguna vez por ellos, o has decidido no dejarte llevar por cosas tan simples?
Es muy sencillo creer que, por ejemplo, podemos llegar a enamorarnos de alguien por todo lo material que nos proporciona. Pero, después de un tiempo, nos damos cuenta de que eso no es suficiente. Por más grande que sea el detalle, nunca será lo suficiente para llenar completamente nuestro corazón.
¿Y qué de los que caen por algo en específico?, como, por ejemplo, el corte de cabello. Si, puede verse muy atractivo con él. O con su estilo de vestir. Pero, ¿te has preguntado qué pasará luego de que decida cambiarlo?, ¿aún permanecerás a tu lado cuando no se vea como lo deseas?
El problema es que el amor es un sentimiento muy puro, y que se puede corromper tan fácilmente que pensamos sentirlo y, cuando nos damos cuenta de que no es así, ya puede haber sido muy tarde. Lo suficiente como para haber tomado una decisión que cambiara el curso de nuestras vidas.
Si me preguntas a mí de qué nos deberíamos enamorar yo siempre te diré que de los detalles pequeños. Porque no es dar un gran golpe y luego esperar que el impacto se sienta por mucho tiempo. Si no de ir dando toques día a día para hacer crecer el sentimiento.
No te enamores porque te ha dado un regalo en tu cumpleaños, enamórate de las palabras que te ha dedicado. Del tiempo que pasó ideando la sorpresa. Y de la manera que la presentó ante ti. Lo que demuestra que le importas lo suficiente.
No te enamoras de cómo luce. Enamórate de como es. Enamórate de sus pequeñas mañas y manías. Enamórate de todo lo que hace para ser una buena persona, y de aquellos defectos que lo hacen ser una mala. Porque, no hay nada más bonito que ver a alguien trabajar para ser mejor.
No te enamores simplemente de los “Yo también te amo”. Cae enamorada por los “Buenos días” que recibes cada mañana en el teléfono antes de levantarte. O de los “¿Qué tal estuvo tu día?” que te hacen sentir cada tarde que a alguien realmente le importas lo suficiente como para hablar de tu rutina.
No te enamores de él, enamórate de la persona que son juntos. De todo lo que pueden lograr si se unen. Del camino que pueden seguir para lograr sus metas como pareja. Porque, aun cuando no sea el mismo, esos aspectos seguirán estando ahí.
Portada: Andrew Welch