
Si algo me ha enseñado la vida es aprender a separar aquellas amistades que son confiables, y estarán a tu lado sin importar qué, de las que realmente sirven sólo para tener un rato ameno en una fiesta, o cualquier otra reunión que no afecte para nada lo personal.
Y, quizá, la mejor manera de evaluar esto es pasando el tiempo. Con el tiempo podemos darnos cuenta qué tan dispuesta está una persona a permanecer a nuestro lado cuando más la necesitemos. Y es que su interés puede notarse incluso bajo las situaciones más sencillas.
Sabemos que todos tenemos asuntos personales con los que debemos lidiar, pero una buena amiga siempre tendrá algo de tiempo para dedicarte. Sin importar qué tan ocupado sea su día a día, siempre tendrá un hoyo de tiempo dispuesto a llenar con tu compañía. Y tú debes hacer lo mismo.
También te puede interesar: Mi amiga se enamoró de mi novio.
Debemos ser realistas con nosotros mismos y quitarles la etiqueta de “amistades confiables” a todas aquellas personas que nunca tienen tiempo para nosotros. Que se les ha olvidado nuestra fecha de cumpleaños, o que simplemente están muy ocupados como para enviar un “¿Cómo has estado?” una vez a la semana. Al menos.
Porque sí, algunas veces deberemos tomar la iniciativa nosotros. Pero no podemos esperar siempre ser las primeras personas en escribir. O las primeras personas en planear una salida porque sientes que no se han visto en mucho tiempo. El interés debe ser mutuo. Si no, no sirve.
Aunque parezca que no tiene nada que ver, una amiga confiable es aquella que está pendiente de tus metas. Y que no duda ni por un segundo en darte una mano cuando lo necesites, o simplemente felicitarte cuando has alcanzado alguna de ellas. ¡Sabes que está ahí para ti!
Porque, aunque estés rodeada de muchas personas, debes aceptar que no todas ellas te quieren ver lograr lo que te propones. Muchas veces la envidia es un problema real, y no porque sea una mala persona, sino porque a algunos les molesta el éxito de otros. Quizá ellos no han corrido con la misma suerte.
Y no quiero decir que tengas que ser extremadamente radical y separarte de todas esas personas que sabes que no verás hasta que los invites a la celebración de tu postgrado. Pero si debes tener en mente que no son a ellos a quienes debes acudir cuando algo se te complique.
Nos guste o no, vivimos en un mundo pequeño. Y todas las personas se conocen. Es por esto que debemos prestar mucha atención a las relaciones de nuestras amigas con otras. Porque esto puede decirnos mucho de cómo puede ser realmente la que nosotros mantengamos con ellas.
Me costó aprender de esto, pero lo hice. Tenía una amiga en la secundaria que me parecía lo mejor, y sentía que podía confiar en ella. Pero tenía un pequeño problema, su lengua. Y es que cuando se molestaba podía decir cualquier cosa de la otra persona. Y, cuando todo se calmaba, la veías de nuevo muy amistosa.
No fue hasta que un día se molestó conmigo que lo comprendí. No quería que sucediese lo mismo que pasaba cada vez que ella se molestaba con otros. No quería ser víctima de sus palabras y que luego me viesen al lado de ella.
Porque, aunque te digan que no, lo mismo que les hacen a otros contigo, te lo harán a ti con ellos. Y ese tipo de personas no pueden ser nuestras amigas confiables. ¿Cómo apoyarte en alguien que te quitará su espalda por cualquier cosa?, ¡es imposible!
Portada: Janko Ferlic